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2012/04/18

Empresarios argentinos temen más nacionalizaciones


La decisión de la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, de expropiar la firma petrolera YPF, de capital español y argentino, generó una fuerte desconfianza en el sector privado, que teme similares iniciativas gubernamentales en otros sectores de la economía.
En entrevista con la BBC, el ex secretario de Energía de Argentina, Daniel Montamat, dijo que ahora las empresas se preguntan "¿quién podría ser el siguiente?" en ser nacionalizado.

Según los analistas, el temor se justifica porque muchas empresas privadas que prestan servicios públicos (muchas de las cuales eran empresas de propiedad estatal) han hecho pocas inversiones en el país.
"El temor es que el gobierno use entonces el mismo argumento, la falta de inversión como lo hizo con YPF, para tomar esa misma iniciativa", dijo Orlando Ferreres, de consultores Ferreres y Asociados.
La poca inversión sería una consecuencia de las bajas utilidades en el país. Con las tarifas públicas congeladas (que muchos empresarios dicen se trata de una medida populista del gobierno), los precios y los márgenes de utilidad terminan corroídos por la alta inflación.
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Inversiones extranjeras

Para el economista Marcelo Elizondo, de la consultora Desarrollo de Negocios Internacionales (DNI), la decisión de nacionalizar YPF es "equivocada" y "afecta a la reputación de Argentina en el exterior".

Elizondo dijo que la medida podría desalentar a "más" desembarco de inversión extranjera en el país.
"Probablemente la medida sobre YPF no sólo afectará a la industria del país, sino a las relaciones comerciales de Argentina con otros países, especialmente en Europa", dijo Elizondo.
En un discurso pronunciado el lunes en cadena nacional de radio y televisión en el que anunció la "recuperación" del petróleo, la presidenta argentina dijo que el gobierno no va a "tolerar" la falta de inversión en el país.
Cristina Fernández de Kirchner recordó que recientemente hubo un "apagón" telefónico -de la compañía de telefonía móvil Telefónica- en el país y sugirió que el gobierno está dispuesto a aumentar su presencia en la economía.
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Para Elizondo, una mayor presencia del Estado ha estado ocurriendo gradualmente desde el inicio de la era kirchnerista, a partir del gobierno del expresidente Néstor Kirchner (2003-2007), que precedió a su esposa y viuda, Cristina Fernández de Kirchner.
"El gobierno ya ha tomado empresas estratégicas como el Correo Argentino y Aerolíneas Argentinas, entre otras", recordó Elizondo.
El estado argentino ha avanzado en distintos sectores. En 2009, el gobierno nacionalizó los derechos de transmisión de los partidos de primera división del campeonato de fútbol, que antes se transmitían sólo por televisión por cable. Los juegos se transmiten actualmente en televisión abierta.
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Apoyo

Casi al mismo tiempo que Cristina Fernández de Kirchner anunció la expropiación del petróleo, los interventores del gobierno entraron al edificio de la empresa, en el barrio de Puerto Madero, en Buenos Aires.
Los empresarios argentinos y españoles dijeron a medios locales que les habían dado "quince minutos" para salir de sus oficinas y perdieron automáticamente, por ejemplo, el acceso a sus correos electrónicos.
"Salimos por la puerta de atrás como si fuéramos fugitivos. Nunca vimos nada parecido antes", dijeron.
El proyecto de ley de la nacionalización comenzó a ser debatido el martes en el Congreso Nacional. El día antes entró en vigor el decreto de intervención que tendrá una duración de treinta días -plazo en que el gobierno espera que sea aprobado el proyecto en el Congreso.
La medida contó con el apoyo de los sindicatos de trabajadores de la industria petrolera y recibió un fuerte apoyo de los partidarios del gobierno. Los sectores izquierdistas de la oposición, como el dirigido por el diputado Fernando "Pino" Solanas de Proyecto Sur, también respaldó la decisión.
Pero la expropiación también levantó críticas, como la del alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri, otra de las principales voces de la oposición. Según dijo, la medida "sólo perjudica a la imagen de Argentina en el exterior."


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