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2010/10/20

Asia y el peligro de una guerra cambiaria

BBC Mundo

El Banco Mundial (BM) alertó que los flujos masivos de capital extranjero están amenazando las economías del este asiático, motor de la recuperación económica mundial.
Según un documento del BM, este flujo de capital está apreciando la divisa de los países asiáticos y afectando la competitividad de la región.
Varias naciones de Asia, con China a la cabeza, han intervenido en sus mercados cambiarios para mantener bajo el valor de sus divisas, lo que ha disparado el espectro de una guerra cambiaria en el nivel global.
EE.UU y la Unión Europea han acusado a China de manipular el valor del yuan para abaratar sus exportaciones mientras que Pekín ha contraatacado diciendo que la política de bajo interés y estímulo monetario de los países desarrollados está distorsionando la economía global.
En medio de este panorama, el gobierno japonés anunció este martes que su recuperación económica se ha estancado debido a la continua apreciación del yen.

Especulación financiera

Con las tasas de interés muy bajas en los países desarrollados y un crecimiento anémico tanto en la Unión Europea como en EE.UU, los inversores se ven cada vez más atraídos por los mercados emergentes, en particular por Asia, la región que se ha recuperado con más vigor de la recesión económica mundial del año pasado.
Estos desplazamientos de capital a velocidad de internet entre países, activos y divisas busca maximizar la rentabilidad independientemente de su impacto en la esfera productiva.
Además de generar una fuerte apreciación de muchas divisas, el flujo de inversiones está generando una presión alcista de los mercados bursátiles e inmobiliarios que puede disparar dos peligros letales para una economía: la creación de burbujas especulativas y una espiral inflacionaria.
Según el DBS, un banco con sede en Singapur, desde abril de 2009 la región se ha visto inundada por unos US$2.000 millones diarios, debido a que los inversores quieren aprovechar las tasas de interés más altas y las mejores perspectivas de crecimiento.
Todo esto ha llevado a que varias economías asiáticas intervengan en el mercado cambiario para mantener bajo el valor de la divisa.
Uno de los que ha seguido esta política intervencionista, Corea del Sur, ha anunciado inspecciones sobre los bancos para examinar si hay manipulación de la divisa mientras que, a principios de octubre, Tailandia anunció un impuesto especial a la inversión extranjera sobre bonos gubernamentales.
A pesar de todo, el Banco Mundial asegura que el crecimiento regional será de un 7,8% en 2011, un poco menor que el de este año, pero muy por encima de lo que pasa en el mundo desarrollado.

Asia, Japón y Brasil

Japón es la excepción en este panorama de crecimiento asiático.
El gobierno nipón advirtió que su recuperación económica había entrado "en una pausa", debida fundamentalmente a la apreciación del yen.
El gobierno ha acusado a Corea del Sur de manipular su divisa, pero ha intervenido en su propio mercado desde mediados de septiembre, lo que provocó la condena de EE.UU. y la Unión Europea.
Mientras tanto India, Malasia, Indonesia y Filipinas han dejado en claro que están dispuestos a intervenir para contener las fluctuaciones del precio de sus monedas.
Desde ya que estas intervenciones no se limitan a Asia. En Brasil el ministro de Finanzas, Guido Mantega, anunció el lunes que el impuesto a las operaciones financieras de inversiones extranjeras subiría del 4% al 6%.
A comienzos de octubre, Mantega había elevado el tributo del 2% al 4%.
En qué medida estas intervenciones puntuales son suficientes para estabilizar la situación sin tocar un pilar de la actual estructura financiera como es el libre movimiento de capitales, nadie lo sabe.
Todos las expectativas están puestas en la posibilidad de algún tipo de acuerdo internacional en la próxima cumbre del G20 en noviembre.
Por el momento, como se ve, el espectro de una guerra de divisas global está más vivo que nunca.

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