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2010/05/04

Los inventores también tienen su 'Nobel'

Fuente: Publico.

El duro trabajo de los investigadores en medicina, física o química puede ser recompensado con un premio Nobel. Pero los inventores, las nuevas generaciones de edisons y de arquímedes, no recibían el reconocimiento de la sociedad hasta que, en 2006, se instauraron los Premios al Inventor Europeo que otorga la Oficina Europea de Patentes (OEP).
El pasado miércoles se entregaron estos galardones en Madrid y, aunque esta edición fue la primera que contó con un español entre los nominados, los tres premios se repartieron entre Suiza y Alemania. Un investigador canadiense y otro de EEUU se llevaron, además, dos premios en la categoría de país no europeo.
Un bioplástico, pilas de combustible y un sistema GPS fueron algunos de los inventos premiados. El reconocimiento a toda una vida fue para Wolfrang Krätschmer, por el avance que permitió la fabricación de fullerenos, de los que han surgido cientos de patentes. Según el vicepresidente de la CE, Antonio Tajani, "estos inventos han mejorado la calidad de vida de millones de personas".

Tres galardonados

Sanjai Kohli. Sistema para amplificar el GPS
“Antes nadie pensaba que sería posible utilizar un sistema GPS en la ciudad”, dice Kohli mientras sujeta su galardón. Este ingeniero de la compañía SiRF Technology de EEUU ha sido premiado por facilitar que los sistemas de posicionamiento global, que inicialmente se destinaban a fines militares, hayan pasado a formar parte de la vida diaria. Kohli ha sido premiado junto a su compañero Steve Chen. Ambos desarrollaron un sistema para amplificar hasta 1.000 veces la potencia de las señales del GPS, lo que permitió que pudieran ser detectados en cuestión de milisegundos. Además, incorporaron la consulta a fuentes alternativas a los satélites, de forma que siempre llega información a los navegadores. Pero el ingeniero no acaba aquí. Según Kohli, en los próximos años “aparecerán muchas más aplicaciones para los GPS, como la localización automática en cámaras de foto y vídeo”. No obstante, para él, “la mayor satisfacción no ha sido ganar el premio, sino ver cómo la gente utiliza cada día” su creación.
Jürgen Pfitzer. Bioplástico a partir de madera
Un joven Jürgen Pfitzer asistía a la primera Cumbre de la Tierra sobre medio ambiente y desarrollo, en Río de Janeiro (Brasil) en 1992. “Allí me pregunté qué podía hacer yo para contribuir a la causa”, explica el ahora investigador  del Institute for Chemical Technology (Alemania), que acaba de ser premiado por la creación de un bioplástico fabricado a partir de subproductos de la madera, junto a Helmut Nägele. El nombre del producto es Alboform, aunque Pfitzer lo llama “lana líquida”. Este material se compone de lignina, una de las partes de la madera que se desecha en la fabricación del papel. “Pensamos que podría tener otras aplicaciones cuando nos dimos cuenta de que, combinada con otros materiales, se comportaba como un plástico más”, explica Pfitzer. Así, se reduce el consumo de productos del petróleo y se consigue un bioplástico que se descompone en agua, CO2 y humus, y que ya está presente en juguetes y materiales de construcción, aunque “con el tiempo aumentarán sus usos”, concluye el inventor.
Ben Wiens. Pilas de combustible sin frío
Ben Wiens es el responsable de la creación de las pilas de combustible que utilizan autobuses de 15 ciudades del mundo, entre ellas Barcelona, y que hasta la fecha ya han transportado a siete millones de pasajeros. Este ingeniero canadiense de la compañía Ballard Power Systems, junto a su colega Danny Epp, ha creado “una alternativa comercial a los combustibles fósiles para el transporte”, explica Wiens. El equipo logró disminuir el tamaño de la pila 24 veces. “Y ya sólo quedaba resolver el problema de su refrigeración”, comenta el ingeniero. Esto se consiguió gracias al cambio de elementos cerámicos a plásticos, lo que permitió el funcionamiento de las pilas a temperaturas inferiores a 100ºC, evitando el uso de refrigeración adicional.  La contaminación es un problema grave en las grandes ciudades, y el uso de este sistema en 15 de ellas no es suficiente”, explica el inventor. “El planeta necesita que estos sistemas se expandan más rápido”.

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